lunes, 6 de agosto de 2012

La importancia del pañal

Según la definición de la Real Academia de la Lengua Española (RAE), el pañal es una tira de tela o celulosa absorbente que se pone a los niños pequeños o a las personas que sufren incontinencia de orina. Su objetivo principal, en base a dicha definición, sería pues garantizar una buena filtración con el fin de mantener seco el culito de nuestro bebé. Si bien es cierto que una buena absorción prima a la hora de elegir este producto, debemos tener en cuenta otros factores que resultarán clave a la hora de lograr la máxima eficiencia del pañal.

Transpiración, ajuste al cuerpo, suavidad al tacto del tejido interior para evitar rojeces e irritaciones o neutralización del olor son otros de los elementos a considerar si queremos que nuestro bebé esté siempre seco y cómodo. Unas cualidades que no siempre encontramos agrupadas en una misma marca, lo que lleva a los papás a una continua y desesperada búsqueda de pañales --basada casi siempre en el binomio “prueba-error”--, que a menudo resulta infructuosa y obliga a esos desesperados progenitores a quedarse con la marca inicial. Ya lo dice el refrán: “Más vale malo conocido, que bueno por conocer”.




Uno de los principales errores que cometen especialmente los papás primerizos consiste en el hecho de fundamentar la elección del pañal en el precio-imagen de marca del producto. Parece que lo más caro es mejor; y tendemos a asociar el escaso valor de un paquete de pañales con una mala calidad de estos, especialmente si no somos expertos en la materia. Así, seguro que si salimos a la calle a realizar una encuesta sobre pañales y preguntamos a cualquier persona cuáles considera que son los mejores, la mayoría responderá lo mismo: los Dodot (o “dodotis”) de toda la vida. Y es que, desacertadamente, el ser humano tiende a confundir la calidad con el precio y con la buena o mala imagen de la que goza una marca en base a la publicidad y a los atributos que en ella se promueven sobre el producto.

Lejos de lo que piensan algunos y muy en contraposición con esta errónea teoría, lo cierto es que podemos encontrar en el mercado productos con un precio bastante asequible, que ofrecen una excelente absorción y que además tienen en cuenta las características que detallábamos al principio de este post (transpiración, ajuste al cuerpo o suavidad del tejido interior).

Está claro que cada niño es un mundo y que lo que resulta bueno para unos bebés, no lo es en absoluto para otros. Lo mejor es probar, pero también es recomendable dejarse guiar por los sabios consejos de amigos o familiares que ya han pasado por la misma situación; leer artículos relacionados con el tema, y escuchar.

Y para arrojar un poco de luz sobre este asunto y aportaros un poco más de información, aquí os adjunto un enlace con un estudio de la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios) donde se analizan 11 tipos de pañales desechables con unos resultados que sorprenderán a más de uno.

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